Cada vez más (por fortuna), los seres humanos vamos llegando a la comprensión de que no existe un Gurú o Maestro afuera, que sea experto resolviendo nuestros conflictos internos.
Pensar que alguien tiene una fórmula mágica para gestionar las situaciones complejas que llegan a nuestra vida es dirigir todo nuestro poder fuera de nosotros mismos, porque nos lleva a creer que existe “alguien más” idóneo que nosotros para asumir nuestra propia existencia.
Si bien es cierto que en nuestro camino encontramos infinidad de seres que nos facilitan herramientas de trabajo interior o autoconocimiento, es importante saber y conocer que esas herramientas hacen parte del mapa o camino de otro maestro y hacen parte de su aporte creativo.
Puede ocurrir que sus recursos apliquen o funcionen para ti también, o quizá no, sin embargo quien tiene los medios y las habilidades más poderosas para atravesar aquello que llega a tu realidad, sin lugar a dudas eres tú mismo.
Tú eres el Experto, tú eres tu Gurú, tú eres tu propio Maestro.
Si llegan circunstancias complejas a tu vida es porque tienes todos los recursos internos para darle manejo, esa Sabiduría y luz que buscas afuera, es la que reside en ti. En ti habita un Maestro, ese, tu Maestro interior se encuentra en conexión directa, constante y permanente con esa vasta y poderosa energía de la cual todos provenimos.
Tu Maestro es esa parte de tu Mente donde no habita el miedo, es donde permanece el recuerdo total de la verdad, esa verdad que olvidamos cuando decidimos sumergirnos en esta experiencia, nacer en este mundo.
Estamos acostumbrados a oír la bulla caótica e incansable de esa otra parte de nuestra mente donde reside el miedo, donde no hay mucha claridad porque todo es oscuridad. A esta parte de nuestra mente es a quien regularmente le prestamos atención por su desenfrenada, desquiciada y ruidosa conversación.
Por el contrario, la parte de nuestra mente donde reside nuestro Maestro interior está gobernada por el amor, la paz y el silencio.
Nuestro Maestro interior continuamente nos entrega su luz por medio de sutiles y al mismo tiempo poderosos susurros, sin embargo para poder escucharlo se requiere recurrir al silencio. No hablo de ausencia de sonidos externos, sino más bien, buscando aquietar nuestro ruido interior.
Dicho Maestro no reside en el pasado, mucho menos en el futuro, por lo tanto, si nuestros pensamientos se encuentran en cualquiera de estas dos rutas, no le podremos encontrar.
Nuestro Sabio interior se encuentra en el instante presente, en el momento justo donde puedes sentir tu propia respiración. Todo pensamiento, toda emoción, toda circunstancia, palidecen frente al poder y la plenitud de tu PRESENCIA.
La presencia es la capacidad de recordarte a ti mismo, es tu estado natural, abierto e incondicional, es el silencio que rodea todos los pensamientos, es el momento donde no existe nada diferente a estar aquí y ahora.
Es aquí donde habitan las respuestas y puedes conectar con la sabiduría que está en ti, este instante es donde la intuición aflora y llegan esos mensajes que resuenan con gran fuerza en tu corazón.
¿Cómo puedo reconocer esa voz?
Puede que sea una voz que carezca de sonidos, porque su susurro no requiere necesariamente de las palabras. Es más bien una CERTEZA, que llega a ti como cuando se ilumina un cuarto oscuro, acompañada de una sensación de plenitud.
Esta CERTEZA es el lenguaje del espíritu, o del alma, que comunica con amor y firmeza lo que proviene de la Verdad.
Absolutamente todos, en algún momento de nuestra vida hemos sentido esos destellos de infinita Claridad que llegan como pensamientos intuitivos, es decir es un conocimiento que llega a ti, sin análisis ni razonamiento.
Generalmente recibimos esas claridades y acto seguido buscamos opacarlas a través de nuestro “intelecto” y de por sí el mensaje de nuestra Sabiduría interior transciende el intelecto, viene de lo Incognoscible (lo que no se puede conocer) de la Fuente, al SER.
Si en algún momento sientes que te aqueja la duda, el miedo y la confusión, no olvides que en ti también habita la claridad, la plenitud y la infinita Sabiduría. Solo tú puedes elegir a que voz le entregas tu atención.
Si eliges atender a tu Maestro interior, permanece atento a sus respuestas, ellas pueden llegar de muchas maneras, no existe mejor información que aquella que se encuentra en ti, no vivas en el olvido de quien realmente eres: Tu Propio Maestro.
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Un abrazo
Paola